viernes, 16 de mayo de 2008

Los sentinelas... ahora es nuestro tiempo...

La luna se alza en el firmamento, no tan arriba como su presuntuosa posición otorgada solo por la tambaleante conducta de la tierra se lo permite de vez en vez. La luz ámbar que refleja, el frío, las pocas estrellas y algunas nubes transparentes y escuálidas conforman el escenario.

Es de noche ya, de madrugada… y … un pensamiento fugaz, un viájela pasado, a antes deque yo hubiera nacido, de que los niños del futuro hayan nacido. Así ha sido, es y será siempre, aún durante la noche oscura siempre habrá alguien observando. Unos descansan mientras otros observan los remanentes de la pausa de la vida de los demás. Unos acarician las calidas sabanas de manta, y otros rozan el velo delicado y helado de la madre noche.

Algún tiempo yo dormía, sin preocupaciones mas que las básicas de un pequeño niño, amanecía y todo era nuevo, no sabía lo que me esperaba. Ahora he visto a la noche pasar, al firmamento caminar de principio a fin, he visto el sol nacer bajo el frío de un edificio, he visto su luz nacer sin que las preocupaciones hayan sido lavadas por la incógnita de la noche.

Así hubo mucho otros jóvenes algún tiempo en el que pasaron en vela la noche, en que estaban por graduarse, o era su primera vez en este mundo nocturno de remanentes. Y así será por siempre, unos descansan y otros viven tal cual la noche oscura.

Al final no debemos recordar que lo importante es que a los que nos toca vivir esta etapa no olvidemos observar la belleza en esta. Las ventajas de ahora ser los centinelas, velando el sueño del futuro. Pero tampoco olvidar que ahora somos nosotros mismos el futuro.

Ya no podemos esperar mas…

1 comentario:

Alejandro Vargas dijo...

"Algún tiempo yo dormía, sin preocupaciones mas que las básicas de un pequeño niño, amanecía y todo era nuevo, no sabía lo que me esperaba."

Creo que las preocupaciones nocturnas de un niño son muy superiores a las que podamos llegar a tener, qué te parecería encontrarte al coco debajo de tu cama.