De cultura...
El tren sale de la penumbra artificial creada por los fríos muros del túnel... pero afuera ya esta la oscuridad de la noche siendo penetrada por la luz amarilla de las farolas. El tren se detiene, pero no me muevo, se supone que esta es mi estación, no me muevo. Las puertas se cierran y comienza a moverse de nuevo el tren, lentamente, una chica de verde con una flor en la mano toma posición para bajarse en la próxima estación y mientras va disminuyendo su velocidad el tren una vez más me dirijo hacia la puerta mas cercana. Al lado de la chica, me bajo primero y comienzo a caminar en una penumbra distinta a la penumbra que suele acompañarme día con día al regresar de la escuela, diferentes caras, diferentes edificios, diferentes banquetas. Doy la vuelta en la primera esquina en un lugar que debería de conocer bien, todo me resulta tan desconocido, después de vivir tan cerca por tantos años, es la 3 vez que veo esos parajes, la placita , la iglesia, el kiosco de la plaza Atemaxac (Lugar donde las aguas corren entre las piedras). Mientras voy caminando hacia mi destino, siento a alguien caminando aprisa detrás mió, y al ser rebasado por esa persona descubro que es la chica de verde con la flor en manos y al seguir adelante, veo que entra al mismo destino al que yo iba… curioso. No mas de 30 segundos y veo venir a una chica vestida con una blusa morada y un reboso moradillo de tono mas bajo. Nos saludamos y decidimos entrar.
… La casa del Mezquite …
Una antigua finca que conserva el ambiente y la energía de años y años, un lugar que al menos así, de noche nos brinda un ambiente que te transporta automáticamente a un lugar totalmente diferente, fuera de la ciudad y de la civilización. A la entrada hay un cordón de donde tirar para llamar a los anfitriones puede abrirte ya sea la dueña de la finca con mas una edad ya muy avanzada o la misma gente que trabaja ahí. A mano derecha hay cuartos uno con fotografía, el siguiente con varios objetos y fotos antiguas y el siguiente con una mesa donde puedes sentarte a tomar tu café y platicar, tomar uno de los libros viejos y leerlos, también puedes observar fotografías y también en una vitrina esculturas y figurillas de los indígenas de la región. Y al fondo de la casa, un patiecito con un árbol de mezquite fue lo que alcance a distinguir en la iluminada noche, había mesas acomodadas con botellas de vine que contenían flores. El pequeño escenario con un grabado en tamaño grande de la diosa de la luna Azteca y dos monjes aztecas en tallados también a sus dos lados.
Para no hacérselas larga, fueron llegando los amigos de Ara, entre ellos el que iba a leer la poesía, pero no fue hasta las 9 que comenzó todo, con una obra escrita por Zom, el amigo de Ara titulada “Whisky en las rocas”. Después pasaron 3 personas a leer, estuvieron interesantes los poemas, mas si hubieran sido leídos como se debe hubiera sido muchísimo mejor, se dejaron escuchar poemas de Charles Boudelaire, hasta de los participantes mismos, todos con una temática especifica, las putas. Después le toco la oportunidad a Zom, leyó poemas suyos, la cosa mejoraba, y después paso otro de los participantes, y esta vez se puso aun mejor pues parecía que ya tenia practica y lo hizo muy entretenido aparte de que su manera de escribir era muy buena. Después de ellos le toco el turno a una obra de arte del ultimo lector, y después vinieron unas maestras a leer poesía indígena, aunque no fue en lengua nativa, pero estuvieron bien, fueron poemas de niños de 9 años hasta de gente indígena reconocida, las dos maestras hacen una revista, que lleva por nombre Papalotzin (mariposa), y que lleva escritos indígenas tanto en su lengua nativa como en el castellano, y viceversa. Después de ellas proseguía el turno a un maestro escritor que su especialidad son los cuentos, jaliciense. Pero pues ya nos dispusimos a partir por cuestión del tiempo pues iban a dar las 11. Nos despedimos de los amigos de Ara (con los que me la pase muy bien pues son muy graciosos y agradables) y nos dispusimos a ir a cenar a unos tacos de por su antigua casa. Y así es como termino la velada.
Como podrán ver se trata de un lugar realmente agradable aunque sería mejor que fueran a comprobarlo. Aquí les anexo la dirección del lugarcillo para que cuando puedan vayan o si gustan vayamos. Yo les haré saber de algún otro evento parecido.
Saludos!!!! Se cuidan y animo!!!!.
Aldama 22, Atemajac del Valle
Zapopan, Jalisco
(33) 3823-4864